En el mundo de las empresas, la presentación de un producto es vital para el devenir de una marca a corto, medio y largo plazo porque la función, la imagen y las formas marcan la diferencia.
La funcionalidad de lo que se quiere vender debe ser inequívoca; la imagen, atractiva para captar ojos e inversión, y la presentación del producto debe tener algunas características importantes. Debe ofrecer información directa para que quede claro el servicio o producto de que se trata con el objetivo de mostrar todas las bondades que tiene; un buen diseño de presentación, utilizando imágenes variadas y contenido audiovisual que no aburra y, además, que la extensión de lo que se quiere mostrar sea breve.
Hay varios factores y consejos que debes contemplar cuando quieras llevar a cabo presentaciones de producto exitosas.
¿Cómo hacer una presentación de un producto perfecta?
En las presentaciones de productos profesionales lo que ves no es resultado de la improvisación. Detrás hay un trabajo importante para lograr alcanzar la efectividad que se plantea desde un inicio. ¿Qué aconsejamos para hacerlas más atractivas?
Todo comienza por el lugar de la presentación de un producto
Presentar un producto no es solamente mostrar un documento atractivo y demostrar sus propiedades y beneficios. Todo empieza por el entorno. Puedes optar por el alquiler de espacios para eventos. Una presentación en un lugar amigable como El Olivar, interesante visualmente, con multitud de zonas ajardinadas y, en general, un ambiente de relajación que abre los sentidos a nuevas experiencias es clave para comenzar una presentación y lograr los objetivos marcados.
Solicita que la sala de presentación de un producto tenga lo necesario para exponer. Pide que se coloque algo de decoración para hacer el espacio más atractivo.
Diseño e imagen, fundamentales
De la vista nace el amor. Por eso, en una presentación vendedora debe resaltar el elemento gráfico por encima del textual, y el diseño impactante y armónico por delante de lo pasado de moda y sencillo. El uso de imágenes, viñetas y dibujos hace que el texto que acompañe la presentación sea más fácilmente recordado. Para que te hagas una idea, casi el 95 por ciento del mensaje de venta de un producto se da de manera visual. Eso sí, evita las combinaciones de colores y el uso excesivo de tonos que contrasten.
Adicional a esto, la imagen de la empresa es clave en una presentación impactante y armónica. Debes mantener una fusión y un equilibrio de lo que desees proyectar a través del logotipo, los colores, la imagen y las líneas conceptuales de la marca.
La información es el centro
Ya tienes las imágenes y el diseño general, los cuales deben conceptualizarse en conjunto con el texto o la información que vas a brindar a quienes asistan a la presentación. La información debe ser concisa, directa y muy atractiva para captar la atención rápidamente.
El lenguaje ayuda a lograr este objetivo. Este debe ser sencillo, claro, sin tecnicismos ni explicaciones innecesarias. La confianza y seguridad en lo que dices es clave para explicar el objetivo y las bondades de lo que quieras transmitir. Por cierto, usa fuentes conocidas y fácilmente reconocibles.
Añade elementos adicionales
Una buena presentación debe apoyarse en elementos como tablas o números. Todos los aspectos son importantes y añadir en ella la reflexión, la contextualización y la acción que conllevan los números es una buena idea.
El orden como columna vertebral
Ya has organizado una presentación en un salón para eventos empresariales donde todo está perfectamente ordenado. Ahora toca que tu proyección esté igual de organizada. Para ello, divide el mensaje que quieres dar con una estructura que haga seguir fácilmente la explicación: introducción, problema, solución y cierre.
Puedes elegir diferentes técnicas y programas para lograr esto, como el clásico PowerPoint de Microsoft o el Prezi, entre otros, más dinámico, aunque quizá menos formal. No necesitas muchas transiciones entre diapositivas, ni animaciones extrañas y mucho menos texto infinito. Preocúpate por el contenido, que sea poco y claro y que aporte mucho.
Tu producto es el mejor, aunque no lo sea
De eso se trata, de vender. Pero vender de verdad. Habla de los beneficios, de la funcionalidad y de por qué tu espectador necesita adquirirlo para su día a día o para un objetivo concreto. Las emociones son clave en este consejo. Establece una relación emocional por medio de las imágenes, la información y el diseño.
Interactúa con el público durante las presentaciones de productos
En muchos eventos corporativos la frialdad de las presentaciones lleva a lograr fracasos en muchos productos que podrían ser muy buenos. No hagas una presentación monótona e interactúa con tu escuchante. Haz preguntas de manera abierta, no hagas que pierdan el enfoque y se aburran o dispersen. Conoce a tu audiencia y llévala por el camino que tú quieres.
Tu aspecto y forma de trabajo son tus cartas de presentación
Sé puntual. Por ningún motivo llegues tarde. Y llegar puntual no es llegar a la hora exacta, sino varios minutos antes para poder prepararlo todo, verificar el funcionamiento correcto de tus herramientas y no hacer perder el tiempo a nadie.
Modula la voz. Debes captar la atención y el interés, no importunar a nadie. Haz énfasis a través de los matices, incluso cuando es un tema delicado.
Muestra el plan de ventas
Sé abierto y explica tu plan, no solo lo que vendes. Muestra tu ambición e incita a que tu audiencia compre o se comprometa a ello. Señala ofertas, estrategias, plazos, procesos, etc. Eso hará que generes confianza.
Conoce a tu cliente y conviértelo en el protagonista
Para hacer una presentación debes conocer al cliente que va a asistir a la misma. Puedes empezar por enviarle antes una encuesta para estudiar quién es y cómo consume. Una vez en la presentación de un producto, escúchalo y conviértelo en el verdadero protagonista de todo.
En definitiva, la presentación de un producto requiere de mucho ingenio y creatividad. Eso, acompañado de un lugar ideal para realizar eventos corporativos, hará que tengas éxito en lo que quieras exponer. ¡Inténtalo!